sábado, 25 de julio de 2009

Un pueblo maravilloso. Capítulo 5 - La niña y su perrito


Un distante gruñido eriza los vellos en la nuca de Antón. Sin saber porqué, recuerda la vez que frotaron un globo en su cabeza para generar estática. Sí. Es exactamente la misma energía extraña, sólo que esta vez envuelve todo su cuerpo.

—Ven vamos. Tiene que ser Tobby, mi perro. Vamos a jugar con él.

—Niña, no te vayas.

Trastabillando hasta ponerse de pie, Antón se desplaza moviendo sus brazos igual que lo haría un ciego que ha perdido su bastón. La cortina color ceniza apenas y lo deja ver sus pies. La niña no está por ninguna parte. Solo queda él y la suave nieve cayendo, no hay nadie más. Nada humano al menos.

El gruñido es más fuerte. Esta vez proviene detrás de él.

—¡Dios Santo! —dice Antón al girarse.

Frente a él, hay algo que podría ser un enorme perro; si los perros en lugar de pelaje tuviesen la piel volteada de adentro hacia afuera. El animal, un amasijo de músculos sanguinolentos, se mueve agazapado. Sus patas dejan pequeñas marcas de rojas en el pavimento.

Otro gruñido más, y luego… el primer ataque.

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