viernes, 18 de diciembre de 2009

AVATAR ¡Una experiencia fuera de este mundo!

La trama…
Los humanos están intentando explotar un recurso natural precioso del planeta Pandora, pero tras unos cuantos años la resistencia de los locales –Na’vis– ha arreciado. Para lograr infiltrarse, los humanos han creado híbridos llamados Avatars. Lo que no saben, es que esto cambiará el curso de la historia en ese planeta, tanto para los alienígenas como para los Na’vi.

Sí. En ésta película los alienígenas somos nosotros. Somos nosotros quienes invadimos para colonizar. Nosotros somos el peligro latente. ¿Interesante?

Lo bueno…
Dejando a un lado toda la parafernalia académica, el egocentrismo de los estudiosos y todos los constructos cinematográficos armados desde Bazin hasta Welles… hoy quiero hablarte desde mi corazón de espectador. Voy a ser completamente honesto y admitir que simplemente me encantó esta película.


No me importa lo que puedan opinar algunos eruditos –aunque he de decirte que la crítica internacional ha elogiado mucho este filme– pero AVATAR es la película que más me ha gustado este año, y es el único largometraje que me ha emocionado, desde el núcleo de mi ser hasta el último vello de mi cuello, en casi una década.

Es decir, sé que ha habido guiones excepcionales, propuestas visuales innovadoras, cinematografías con un lenguaje fuerte, más sin embargo AVATAR me anegó los ojos, trajo sonrisas a mis labios, aceleró mi corazón. En pocas palabras, es un peliculón en todo el sentido. Es el filme que recuperó la magia del cine perdida en mí.

Lo malo…
Lo sé. Ésta película es Danza con Lobos o El último de los Mohicanos pero con alienígenas. Es un tributo simbólico –bastante evidente– a las diezmadas y desterradas tribus indígenas durante la colonización. E incluso, su naturaleza ecológicamente aleccionadora puede resultar un poco directa. Y no obstante, nada de esto le resta puntos a esta cinta.

Por otra parte debo acotar que el guión aunque técnicamente impecable, peca de predecible. No hay mayores sorpresas a lo largo de sus 160 minutos, al menos no las hubo para mí. Lo cual fue interesante, ya que aún sabiendo lo que venía no podía despegar mis ojos de la pantalla.

Lo cierto…
Olvida la ciencia ficción, los humanoides azules, los escenarios fantásticos o las criaturas llamativas. Te invito a ver más allá de los increíbles efectos especiales. Ve el filme de la manera que verías un largo independiente, descubre su mensaje, siente los personajes y descubrirás que AVATAR es una experiencia fuera de este mundo.

La puntación…
10/10

Nominados a los Globos de Oro 2010 - Mejor Película (Drama)

Bien aquí está la lista. Como notarás no hemos visto casi ninguna de estás películas en Venezuela. Esperemos que algunas las lleguen a estrenar pronto. Entre ellas, varias eran opciones obvias (una ya la había catalogado como la mejor película del año hasta ese momento) y otra, que me tomó por sorpresa.


Up in the Air

Ésta tragicomedia protagonizada por George Clooney, y dirigida por Jason Raitman (el mismo de Thank you for Smoking y Juno), trata acerca de un agente corporativo que viaja constantemente. Lo cual, termina por reflejarse en su filosofía de vida y en las relaciones que gesta en su camino.



Precious: Based on the Novel 'Push' by Sapphire

Un drama dirigido por Lee Daniels (quien dirigiese la galardonada Monster's Ball en el 2001) en el que una joven adolescente afroamericana con problemas de sobrepeso y abusada físicamente por su madre, debe luchar por su bebé y por sí misma para aprender a amarse.




The Hurt Locker

Traida a la pantalla grande de la mano de Kathryn Bigelow, aquella que en el 2002 presentase K-19: The Widowmaker, éste nuevo thriller bélico relata la historia de un escuadron anti bombas en la guerra de Iraq.



Avatar

El elogiado y anticipado filme de ciencia ficción escrito y dirigido por James Cameron, ¿hay que recordar que es el mismo director de Titanic?, se cuela en los mejores filmes del año según la prensa internaconal. La trama es sencilla y compleja a la vez: un conflicto futurista en el que los humanos y los Na'vi incurren en una guerra por hacerse de los recursos naturales del planeta Pandora.



Inglourious Basterds

Ya he hablado antes de este filme en varias ocasiones. Es escrito y dirigido por Quentin Tarantino, uno de mis directores favoritos. En el filme, un grupo de soldados judios asesinan a sangre fría a altos soldados del régimen Nazi.



Basta ver quienes salen victoriosos. No puedo opinar con propiedad porque no he visto todos los filmes que se disputan el Globo de Oro. Pero, sólo por diversión... ¿tú qué opinas?

lunes, 14 de diciembre de 2009

El libro y las sábanas. (Una historia real. Te lo aseguro)

Ésta es una historia real, y no le pasó al amigo de un amigo, sino que me pasó a mí. Y me pasó hace apenas algunas horas.

Bien, había sido un domingo muy típico: películas, series de Tv, video juegos, almuerzo familiar, etc. Ya todos en mi casa estaban durmiendo, era pasada la media noche, no quería ver la televisión y estuve a punto de colocar una película –que irónicamente iba a ser la famosa cinta de miedo Actividad Paranormal–.

Sin embargo, viendo que ya era la 1:30 am, decidí buscar la novela que estoy leyendo en este momento –City of Bones de Cassandra Clare– para leer algo mientras me daba sueño. ¡Ja! Mira que fue justo lo contrario. Allí fue donde comenzó lo extraño… la novela no estaba por ninguna parte.

Eso no me extrañó, a decir verdad. Si no me conoces, has de saber que siempre llevo un libro debajo del brazo para leer apenas tenga una oportunidad –como por ejemplo las colas en los bancos, ó viajes en autobús, mientras espero por alguien, etc– así que el libro bien podía estar en cualquier lugar.

Primero busqué exhaustivamente en mi alcoba. Sacudí las sábanas, miré debajo de la cama, debajo de las almohadas, en el sillón donde leo, en la mesa donde guardo mis libros, en mi closet… simplemente nada. Como si el libro jamás hubiese existido.

Bajé a la pequeña oficina de mis padres –donde está mi pequeña biblioteca personal– y tampoco encontré la novela. Aquí, de hecho, sólo busqué para descartar, porque estaba seguro de no haber colocado ese libro allí en ningún momento desde que lo había comprado.

Un tanto molesto, subí a mi cuarto una vez más. Levanté cada objeto, moví cada cosa, mire por doquier y el libro no aparecía. Ya para este momento –cerca de las dos de la mañana– había expandido la pesquisa a toda la casa. Fui al cuarto donde dormían mis padres, a la alcoba de mi hermano y revisé por encima con la luz de la pantalla de mi celular. El resultado fue el mismo: estéril y frustrante.

Para tranquilizar mi mente, revisé una última vez mi cuarto: la cama, debajo de ella, la mesa con un montón de libros y revistas, mi closet medio desordenado. Maldije mi suerte, de seguro había perdido el libro. Lo pude visualizar olvidado en algún asiento de autobús, en alguna banca, o quién sabe dónde.

Finalmente decidí irme a la cama. Había decidido que llamaría a mi novia en la mañana para preguntarle si ella sabía del paradero del libro –bien podía haberlo dejado en su casa–. Cerré mis ojos, me moví de un lado al otro debajo de mi cobija y suspiré. Estaba enfadado conmigo mismo, le pedí a los cielos que apareciera mi libro. Y luego recordé algo: el carro.

Era harto probable que hubiese dejado el libro en la camioneta de mis padres. Sin embargo eran las 2:30 de la mañana y me daba un poco de pereza y cierta aprensión salir de la casa. Intenté conciliar el sueño de nuevo sin éxito. Para mi propia sorpresa me paré de la cama con determinación y salí a husmear en la camioneta.

De nuevo… nada.

Cerré la camioneta. Puse la llave sobre la mesa, me aseguré de haber trancado la puerta principal, fui a la cocina a tomar un poco de agua y luego al baño a echar la última meada de la noche.

Al subir por las escaleras tuve una sensación de desasosiego, por mi mente pasó la estúpida idea de que mientras chequeaba la camioneta alguien, o algo, pudo haber pasado detrás de mí y entrar a la casa sin que lo viera, sin que me diera cuenta.

Debo admitir que fue una imagen muy desconcertante, pero nada comparado con lo que vi después.

Justo al entrar en mi alcoba vi el libro sobre la cama. Allí, donde había estado intentando dormir unos cinco minutos atrás, yacía el libro con el título en dirección hacia la puerta, como esperando para recibirme.

Quedé congelado. Una sensación más poderosa que un escalofrío sacudió mi cuerpo. Sentí como si un líquido gélido se hubiese derramado desde mi cerebro hasta mis entrañas. ¿Qué demonios? El libro no estaba ahí antes, yo lo sé, yo revisé. ¡Carajo! Que hasta estuve acostado allí.

Por el más largo de los momentos me quede allí, con esa sensación de que la temperatura estaba unos cuantos grados más debajo de lo normal. Me asomé al cuarto de mis padres, quienes roncaban a plenitud, y luego al de mi hermano, quien también estaba plácidamente lánguido sobre su cama.

Créeme que me lo pensé antes de entrar a mi propio cuarto. Fulminando mi mente, consumida por la adrenalina, se dispararon cientos de escenarios que perseguían una lógica imposible al fenómeno que acababa de presenciar. Nada tenía sentido. Y, para serte franco, aún no lo tiene.

Luego de un rato, que se me antojó eterno, entré. Todos los vellos en mi cuello y brazos se erizaron. Tomé el libro entre mis dedos como para asegurarme de que era verdad, que no estaba perdiendo la cordura. Y todo estaba en orden, hasta el separador de páginas estaba justo donde lo había dejado.

No supe que hacer. Despertar a cualquiera en mi casa era un acto de cobardía, y ni de chiste me iba a ir a dormir con mi hermano. Así que opté por leer, o al menos intentar hacerlo. No iba a dejar que nada ni nadie me sacase de mi propia habitación. Esta era una situación que iba a superar. Sin importar qué, iba a pasar la noche en mi cuarto.

Tras una media hora de torpe lectura la sensación eléctrica del ambiente no se desvanecía. Fruncí los labios, dije en voz alta “gracias por devolverme el libro”.
Verás, desde mi perspectiva, si el libro me lo devolvió una fuerza mística o divina por plegaria express, pues fue fantástico; y si por el contario, me lo devolvía un espíritu burlón, pues de igual forma me lo había devuelto, y no tenía que comprar uno nuevo. Por consiguiente, estaba agradecido.

Me armé de valor, y apagué la luz. Revisé el reloj de mi celular varias veces y el tiempo fluía de manera irregular, a veces muy lento, otras muy rápido. A eso de las 3:30 am el sopor estaba venciendo a mi mente alerta y comencé a quedarme dormido.

O esto hice hasta que oí una carcajada lejana.

Es cierto. Lo puedo jurar. Puede que no me creas, pero todo esto me pasó, y me pasó hoy. No hace 20 años cuando era un niño impresionable, sino hoy cuando soy un adulto consciente de 25 años.

No dudo que la risa pudo haber venido de una casa contigua, o alguna otra explicación similar. Lo cierto es que después de eso no puede dormir más esa noche. Me quedé en cama, con la luz apagada, y el celular en mano como mi única defensa. Admito que también recé un par de veces más de lo que normalmente haría.

Si decides tomar esta historia como verdadera, depende de ti. Yo sólo cumplo con contarla y jurar que es verdad. El libro no estaba, y luego sí. Justo sobre mi cama. Luego una risa misteriosa en medio de la noche. ¿Me espantaron? ¿Delirios? ¡Qué sé yo!

Lo que sí sé, es que recordé muchas veces en la noche a Kubrick, no por El Resplandor como tal, sino por lo que dijo del mensaje del filme. Para Kubrick, igual que para su servidor, estas experiencias “paranormales” son esperanzadoras, ya que al menos me hicieron creer por una noche que puede que haya más de lo que no captan nuestros sentidos, ¿vida después de la muerte, quizás? ¿Otras dimensiones? ¿Criaturas fantásticas? No lo sé.

Al menos puedo decir que ésta fue una noche bastante interesante.

martes, 8 de diciembre de 2009

“Goonies never say die” - ¿Los recuerdas? ¡Pues deberías!


Hace unas semanas vi esta película en la televisión ¡Y vaya que me trajo recuerdos! Quizás muchos no sabrán de qué estoy hablando, después de todo la cinta es del 85, pero te aseguro que si no la has visto deberías descargarla o alquilarla lo más pronto posible.

Éste es un clásico moderno, un filme de culto. No es de esas cintas largas y complicadas, es más bien de esas notablemente pop y cotuferas. Los Goonies, dirigida por Richard Donner, escrita por Chris Columbus y basada en una historia de Steven Spielberg; es uno de esos largometrajes atemporales que no puedes perderte.

La trama…
Un grupo de niños buscan un tesoro pirata para evitar que sus padres sean desalojados de sus hogares.

Lo bueno…
Es una trama fresca, simpática, simplemente entretenida. Los actores –que te reto identifiques a primera vista, ya que muchos son famosos en la actualidad– tienen un química excepcional. Cada detalle del guión, incluso con sus estereotipados personajes, le da un toque inigualable al resultado final.

Lo malo…
Tal vez le resulte muy melosa y arquetípica a las nuevas generaciones, pero en un mundo de pezones erectos y pechos desnudos –sí, estoy hablando de New Moon– Los Goonies demuestran que con ingenio, y un tanto de aventura, basta y sobra para hacer pasar un muy buen rato a los adolescentes.

Lo cierto…
Te la recomiendo. Un filme para ver en familia, con los amigos, para recordar viejos tiempos, o para hacer nuevos recuerdos. Una clase magistral de la cultura pop de los 80 y una oda a las películas de adolescentes de la buenas, aquellas antes de los vampiros escarchados y los dramatismos absurdos.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Kratos… Dante… Hayabusa… o se montan o se encaraman. ¡Ya viene Bayonetta!


Olvida lo que crees saber, borra de tu memoria lo que has oído, éste es el título a comprar a principios del 2010. Bayonneta es un juego de acción, creado por Hideki Kamiya, que tiene a todos los gamers con la boca hecha agua. Te aseguro que después de hincarle los pulgares a la demo no puedo pensar en otra cosa.

¿Cómo describirlo? Bien… en un género plagado de secuelas insípidas y propuestas nada innovadoras, por fin llega un juegazo que eleva a proporciones celestiales aquello que hizo grande en otrora a los emblemáticos God of War y Devil May Cry.

Con Bayonetta se acaban las moderaciones y el pudor sale disparado –a tiros– por la ventana. Lo que sucedió en mi pantalla es pura acción sin paradas en la carretera de la adrenalina, una experiencia épica y tan entretenida que debería ser considerada ilegal. Un momento… ya es ilegal, pero en fin.

Gamers del mundo, regocijaos que el cielo ha respondido vuestras plegarias. Ahora que estamos hastiados de pelear con demonios, llegó la hora de patear los traseros de querubines y serafines por igual. Y quién sabe… hasta poder halar alguna barba divina en el camino.

La fecha es el 08 de enero, y te aseguro que esta es una brujita a la que no querrás dejar plantado.