viernes, 24 de julio de 2009

Un pueblo maravilloso. Capítulo 2 - Escena del crimen


Marcos levanta la cinta plástica amarilla que dice escena del crimen, y enciende su linterna.

La habitación está fría. Un aroma a putrefacción y vino flota en el aire.

Apenas iluminada por la luna, la sala (del asesinato múltiple por envenenamiento) resulta casi como una pintura onírica.
La luz amarillenta de la linterna recorre la mesa y las siluetas blancas dibujadas donde habían estado los cadáveres.

«¿Quién demonios puede estar tan loco como para matar a toda su familia?» Un contorno humano dibujado más pequeño que los demás le provoca escalofríos. «Eso es en las películas no más. En el mundo real los niños también mueren».

Marcos siente como si un dedo frío le acariciara la espalda.

Sin pensárselo desenfunda su Colt. Camina con sigilo. Sus zapatos mocasines casi ni suenan en la gris alfombra.

Un sonido agudo crece en sus oídos. Se le antoja como la estática de un radio o un televisor. El silbido lo conduce hasta el cuarto de baño.

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