Inception - La simplicidad de lo hermosamente complejo

¿Alguna vez has sufrido un shock cinematográfico? ¿Una de esas experiencias fílmicas que te dejan ensimismado en el asiento cuando los créditos comienzan a rodar? Probablemente sí. De hecho, existe la posibilidad de que te vengan algunos, por demás escasos, nombres a la mente, siendo en mi generación The Matrix uno de ellos, por supuesto.

La pegunta en cuestión puede parecer un tanto vaga, pero créeme que viene hecha de completa honestidad. Vi Inception (El Origen), y quedé pasmado en la butaca. Describir la experiencia en palabras sería un despropósito, ya que estoy seguro de que lo vivido por cada uno de los espectadores fue un tanto diferente, una suerte de viaje personal por el subconsciente.

Sin embargo procederé a desglosar, en la medida de lo posible, los aspectos más discernibles, o en este caso los menos intricados, de la película. ¡Eso sí! Una advertencia si deseas seguir leyendo estas líneas, de antemano has de entender una pura y simple verdad, para mí Inception es una de esas películas que te definen como cinéfilo, un clásico instantáneo, una obra maestra.

Lo bueno…
Empecemos por la idea. Desde su premisa muy original, quizás no tanto para los que vieron Paprika, el filme de anime dirigido por Satoshi Kon; Inception se alzaba como algo enteramente diferente. Muchos entraron a la sala de cine sin saber muy bien que esperar, e irónicamente estoy seguro de que muchos salieron sin saber que pensar.

En fin, la idea de un extractor de sueños, viajes por el subconsciente humano, una exploración por el alma misma, ya me parecía meritorio de mucho más que el dinero de la entrada, me parecía meritorio de una apología. En un mundo plagado por adaptaciones de comics y comedias de acción genérica e insulsa, esta película prometía ser diferente. ¡Oh y lo fue! ¡Sí lo fue!

Luego esa idea trasgresora se transformó en un bien acompasado y muy inteligente guion, el cual, lleno de entresijos, tomó vida en la pantalla de la mano de su propio escritor. Estoy hablando del mismo director de Memento, The Prestige y The Dark Knight, de un realizador como pocos ha habido, hay o habrán en el cine, estoy hablando de Christopher Nolan.

Este cineasta ha probado una y otra vez estar a años luz de cualquiera de sus colegas detrás de las cámaras. Su visión, su estilo, su inteligencia se tradujeron en una película verdaderamente brillante en semiótica de la imagen. Cada plano es una palabra, cada escena una oración, todo el filme un discurso embriagante.

Si a eso le sumamos unas actuaciones soberbias de DiCaprio, Cotillard, Levitt, Page y el resto del elenco, queda muy en claro que estamos ante una de las mejores películas del año. ¿Suficiente? Para nada. Inception es una de las mejores películas de la década, y lo digo sin ningún tapujo, ni miedo a represalias de sus detractores.

¿Qué hace que esta película toque todos los puntos correctos en mi fibra de espectador? Bueno, además de todos los aspectos “racionales” antes explicados, y el hecho de que por una vez en… ya no sé cuánto tiempo, los efectos especiales estuvieron supeditados a la historia y no al revés, lo que más aprecio de la experiencia Inception fue su multiplicidad de temas.

Expectativas paterno-filiales, expectativas maritales, culpas, engaños, negación, aceptación, creatividad sobre realidad y, por supuesto, mi favorita: ¿es nuestra vida algo más que un sueño del que despertamos al morir? Todos estos elementos amalgamados de en una hermosa complejidad que involucra la psique humana, fue un regalo.

Todo, todo en el filme es digno de ser estudiado holísticamente, desde sus implicaciones filosóficas, religiosas y científicas, hasta la genialidad de sus aspectos cinematográficos. Créeme, no estoy exagerando. Con todo el respeto a los filmes laureados últimamente, a mi parecer Inception es cátedra de lo que debería ser el cine postmodernista, la respuesta al clamor de un nuevo público.

Lo malo…
En ocasiones la película puede ser en exceso compleja para el público en general. Lo cual he de reconocer, no es nada malo en lo absoluto, aunque sí me parece pertinente comentarlo. A priori te aseguro que, para ser digerida adecuadamente, Inception debe ser vista varias veces. Y prometo que mi intención no es lastimar los egos de nadie, ni insultar tu inteligencia. Sólo que como un buen vino, este filme debe ser degustado varias veces para entender la complejidad de su sabor.

No es un spoiler per se, pero cuidado, el final es abierto. Esto puede que desagrade a la mayoría, no a mí. Yo opino que ese era el final perfecto para la película ya que le es fiel a su espíritu y reta al espectador a involucrarse, a tomar el riesgo de atreverse a pensar: ¿el mundo en el que vivo es real o es el recuerdo de un sueño borroso?

Lo cierto…
Inception es más que una recomendación, es una referencia obligada. Toda la película es en sí misma un instrumento de implantación, es decir, al igual que sus protagonistas en la trama, el filme escudriña en tu mente hasta lograr lo imposible. Al final, Inception implantó furtivamente una idea en la mente del colectivo. Y las ideas son un parásito reticente e infeccioso muy peligroso. ¿Quieres saber cuál es la idea que implanta Inception? Pues tendrás que ver la película para descubrirlo.

La puntuación…
10/10