Si vas a tu librería más cercana encontrarás un descomunal número de publicaciones perteneciente al subgénero de vampiros. Desde el célebre Drácula de Bram Stoker, pasando por Anne Rice y sus memorables Crónicas Vampíricas, y llegando hasta la infame tetralogía de Crepúsculo, las repisas y aparadores se encuentran pobladas de colmillos.
Sin embargo, todo esto está por cambiar.
Este año está siendo catalogado para los conocedores de la literatura como el año “Z”. Al parecer, las editoriales están seguras de que el éxito comercial del 2010 se escribe con “Z” de Zombi.
Partiendo con el remake de Orgullo y Prejuicio –pero con muertos vivientes–, que luego tomó fuerza con la fusión entre zombis y vampiros presentada por Guillermo del Toro en Nocturna, está hola de muertos vivos no hace sino crecer en las librerías.
Por ahí ya andan rodando Guerra Mundial Z de Brooks, y Apocalipsis Z de Manel Loureiro, además de otro remake inconcebible: ¡Lazarillo de Tormes Z!
Sé lo que piensas, y yo pienso lo mismo, pero la literatura, como el cine y la música, no escapa de la moda y las tendencias. Esperemos a ver qué tal van las ventas del fenómeno zombi, y crucemos los dedos para que no terminen apareciendo muertos vivos que se escarchan con la luz del sol, o son románticos empedernidos con dietas vegetarianas.
Ya lo dijo Penny Arcade, lo que se va a poner de moda son las momias...
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